Gestiones llevadas a cabo por el Cuerpo de Artillería y otras instituciones. Órdenes diversas por las que se entrega, de forma efectiva el Alcázar a los artilleros y actas de entrega del mismo a los artilleros. Intentos de enajenación y traspasos entre diversos ministerios.
Desde aquel fatídico día 6 de Marzo de 1862 en el que fue preso de un gran incendio el Alcázar de Segovia, hasta que finalmente se recuperó para el Real Cuerpo de Artillería, cuyo centenario se produjo el día 20 de febrero de 2009, este regio edificio sufrió una serie de vicisitudes hasta llegar a su recuperación para el Cuerpo de Artillería.
Los artilleros estaban decididos a volver a su viejo Alcázar fuera como fuera. Podemos decir que la huella que durante 98 años había dejado en el Cuerpo la existencia del Colegio permanecía imborrable en el espíritu de todos los artilleros. Parafraseando a un antiguo profesor de esta Academia, era como una locura de amor el poder regresar al Alcázar. No cabe duda que las sucesivas promociones de oficiales de Artillería que había producido el colegio habían logrado crear un auténtico espíritu de Cuerpo, y este espíritu era el que iba a mover todos los resortes a su alcance para poder llevar a buen puerto la recuperación efectiva del Alcázar para el Cuerpo.
El Colegio de Artillería trasladó sus clases, dos días después del incendio, al ex convento de San Francisco, donde ya se encontraban por falta de espacio en el Alcázar, desde 1854, los Subtenientes Alumnos. No obstante algunas clases continuaron en lo que se conoce hoy por “Casa de la Química” que no resultó dañada por el incendio. Se trasladaron todos los enseres que pudieron salvarse de las llamas y se trató de que la vida del Colegio continuara de la forma más normal posible.